La Rana Roja II-20
LA SEÑORA DE LA CALLE POE
Confirmé que algo extraño le sucedía a Marco Terencio cuando me pidió ayuda para corregir un soneto dedicado a una amiga suya, a quién pretendía. Mi amigo era ensayista y, que yo supiera, jamás había compuesto siquiera una escuálida cuarteta a ninguna mujer, ¡mucho menos un soneto! Bueno, pero si el hombre estaba enamorado, si conocía el manejo del idioma, el milagro podía producirse…
Liga LA RANA ROJA II-20